iFP da la bienvenida al modelo de educación danés invitando a más de 60 profesores
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La felicidad es algo subjetivo y personal, pero, desde hace cinco años, el Informe Mundial de la Felicidad elaborado por la ONU identifica a los países más felices del mundo. Durante cuatro años, Dinamarca ha ocupado el número uno del ranking. En 2017, ha bajado al segundo puesto tras Noruega, otro país del norte de Europa donde el bienestar de la población prima por encima de otros criterios. Y, en ese caso, la educación juega un papel muy importante.
Más de 60 docentes daneses visitan Barcelona para conocer el modelo de educación de iFP
El sistema educativo escandinavo siempre se ha presentado como el paradigma de la excelencia entre los diferentes países del continente e, incluso, de todo el mundo. El motivo es muy claro: la apuesta continua por una enseñanza de calidad.
En base al referente escandinavo, iFP organizó, el viernes 7 de abril, una jornada de intercambio con profesorado de la escuela danesa Aalborg Handelsskole, que contó con una conferencia de Lourdes Esteban, directora de PIMEC (la patronal de la pequeña y mediana empresa en Cataluña) y Xavier Ballart, catedrático de ciencia política en la Universidad Autónoma de Barcelona.
“Hemos venido a conocer la cultura, la política y la educación catalana; ¿es como la que tenemos en Dinamarca y Escandinavia, o acaso es muy diferente?”, se preguntaba Nicolai Bo Pedersen, jefe de estudios en la Aalborg Handelsskole. Dinamarca, un pequeño país con poco más de cinco millones de habitantes, tiene, formalmente, un sistema educativo diferente al español. La educación obligatoria de los niños y niñas empieza a los seis años y finaliza a los dieciséis, concentrado en una misma unidad de aprendizaje, sin diferenciar entre lo que para la enseñanza en España son los ciclos de escuela primaria y E.S.O.
Terminada esta primera etapa, los alumnos pueden acceder a la handelsskole o ir al Gymnasium, que dura tres años y equivaldría al bachillerato español. “Cuando acabas una formación profesional o un bachillerato no se acaba el mundo. En Dinamarca, no hay prisa para acabar los estudios. Al fin y al cabo, la educación es un proceso”, aclaraba Lars Bergholt, director de estudios de la Aalborg Handelsskole.
Los participantes, 60 ciudadanos daneses, estuvieron repartidos en dos aulas de iFP donde escucharon las conferencias de Lourdes Esteban y Xavier Ballart. La directora de PIMEC explicó, en líneas generales, los tipos de centros que existen en Cataluña y sus formas de financiación, así como el funcionamiento de los niveles competenciales de las administraciones en el territorio.
Por su parte, Xavier Ballart, hizo un repaso de la historia de Cataluña y España, la convivencia del catalán y el español, y la situación política del país en estos últimos años. Un hecho sorprendente es que solo Cataluña tiene dos millones de habitantes más que Dinamarca, un dato que llamó la atención a los asistentes.
El objetivo de la sesión fue, en definitiva, aprender de los sistemas educativos de Dinamarca, España y Cataluña para poder mejorar en aquellos ámbitos en que sea posible y, a su vez, ofrecer una formación más rica en crecimiento personal y conocimiento profesional al alumnado. “Lo más importante de nuestra modelo de sociedad del bienestar es que todo el mundo tiene las mismas oportunidades. No importa de que familia vengas, todos somos iguales y podemos conseguir nuestros sueños”, concluía Nicolai Bo Pedersen.
En esta persecución de nuestras metas se inspira otra alternativa del país nórdico. Nikolai Frederik Severen Grundtvig, uno de los filósofos más importantes de Dinamarca, creó en 1844 una escuela para formar a los campesinos daneses. De esa semilla nació el concepto de “el colegio de la vida” que aún es una opción presente en el país: el Folkehøjskole.
Estas escuelas están pensadas para formar personal y culturalmente a sus alumnos, sin calificaciones numéricas y conviviendo con el resto del alumnado. El método recuerda al de un internado modernizado. Los compañeros duermen, comen y viven en el centro donde pueden formarse en más de un área de conocimiento y decidir qué quieren hacer cuando son un poco más mayores.
A pesar de lo innovador de la fórmula, solo un 3% de los jóvenes daneses escogen esta vía. Actualmente, hay 68 centros donde se pueden cursar estos estudios alternativos. Con el espíritu de esta “escuela de vida”, en iFP queremos dar valor a la calidad, la innovación y el fomento de las competencias en nuestro programa. En un contexto de educación cada vez más globalizada y uniforme, desde el centro, promovemos estas iniciativas con compañeros de otros países para aprender los unos de los otros y crear no solo mejores profesionales, sino también mejores personas.