Niña con TDAH corre mientras que su compañera está quieta
Educación Infantil

TDAH: qué es y cómo identificarlo

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una condición crónica que afecta a numerosos niños y, en muchos casos, persiste en la edad adulta. Esta afección se caracteriza por una combinación de problemas persistentes, como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.

Los niños con TDAH pueden experimentar desafíos relacionados con la autoestima, dificultades en las relaciones interpersonales y un rendimiento académico inferior. A medida que los niños con TDAH crecen, es posible que algunos de sus síntomas disminuyan, aunque para otros, estos síntomas persisten en la edad adulta.  

Aunque no existe una cura definitiva para el TDAH, el tratamiento puede ser muy efectivo para mitigar los síntomas. Este tratamiento generalmente implica una combinación de medicación y terapia conductual. Es importante destacar que un diagnóstico y tratamiento oportunos pueden marcar una gran diferencia en el pronóstico de la condición, y los profesionales de la FP Cuidados Auxiliares de Enfermería en Barcelona juegan un papel relevante. 

Síntomas de déficit de atención 

Los síntomas del déficit de atención e hiperactividad (TDAH) varían en intensidad y pueden manifestarse de diferentes maneras. Estos síntomas suelen aparecer antes de los 12 años, aunque en algunos casos se pueden observar desde los tres años de edad.  

Existen tres subtipos principales de TDAH: la falta de atención predominante, la conducta hiperactiva/impulsiva predominante y el subtipo combinado, que incluye una mezcla de síntomas de falta de atención y de hiperactividad/impulsividad. 

La falta de atención se manifiesta en niños que tienen dificultad para concentrarse en detalles, se distraen fácilmente, olvidan tareas cotidianas y les resulta complicado seguir instrucciones. Por otro lado, los niños con hiperactividad e impulsividad pueden mostrar inquietud, dificultad para permanecer sentados, hablar en exceso, responder rápidamente o interrumpir conversaciones. 

Los niños con TDAH pueden manifestar una variedad de conductas características. Por ejemplo, tienden a fantasear mucho y pueden tener dificultades para recordar o mantener el control de sus pertenencias. Además, es común que se muestren inquietos o nerviosos, moviéndose constantemente o retorciéndose. También pueden ser muy habladores y propensos a cometer errores por descuido o asumir riesgos innecesarios.  

Los síntomas del TDAH pueden persistir hasta la edad adulta y pueden ser leves, moderados o graves en su intensidad. La identificación temprana y el tratamiento adecuado pueden ayudar a manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida de quienes padecen este trastorno. 

¿Qué es el TDAH? 

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más comunes en la infancia y a menudo persiste hasta la edad adulta. Por lo general, se diagnostica en la niñez y puede presentar una variedad de síntomas que pueden manifestarse de diferentes maneras en cada persona. 

Existen distintas formas en que se puede presentar el TDAH, dependiendo de qué síntomas predominen en la persona afectada. Por ejemplo, hay una tipología en la que la falta de atención es el rasgo más notable. En este caso, la persona puede tener dificultades para organizar sus actividades, mantener la concentración en una tarea o recordar detalles importantes de la rutina diaria. 

Por otro lado, está la tipología en la que la hiperactividad e impulsividad son más prominentes. Aquí, la persona tiende a estar constantemente en movimiento, hablar en exceso y tener dificultades para permanecer quieta durante períodos prolongados. También puede mostrar comportamientos impulsivos, como interrumpir a otros, tomar objetos sin permiso o actuar sin considerar las consecuencias. 

Además, existe una tipología combinada, en la que los síntomas de falta de atención, hiperactividad e impulsividad están presentes en la misma medida. En estos casos, la persona puede experimentar una amplia gama de dificultades en su vida diaria, afectando su funcionamiento tanto en el ámbito personal como académico o laboral. 

Los científicos están investigando las causas y los factores de riesgo del trastorno por déficit de atención e hiperactividad con el objetivo de encontrar mejores estrategias para manejar y reducir las posibilidades de que una persona desarrolle esta condición. A falta de más estudios para extraer conclusiones definitivas, se ha identificado que la genética desempeña un papel significativo en el desarrollo del TDAH.

Test para detectar TDAH 

Los profesionales de la FP Cuidados Auxiliares de Enfermería Online deben conocer el test de déficit de atención. 

El Test de Atención D2, desarrollado por Rolf Brickenkamp, se utiliza tanto de manera individual como colectiva y está dirigido a niños mayores de 8 años, adolescentes y adultos. Esta prueba evalúa la atención selectiva y la concentración mental a través de una tarea que requiere buscar selectivamente estímulos relevantes en un tiempo estimado de 8 minutos. 

La Escala de Magallanes de Atención Visual, disponible en dos versiones según la edad, evalúa la capacidad atencional en niños y adultos. Proporciona índices de atención sostenida y calidad de atención, siendo útil para la evaluación de niños con TDAH en su versión individual. 

El EDAH es una escala para evaluar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad en niños de 6 a 12 años de manera individual, con el objetivo de recoger información sobre la conducta habitual del niño y evaluar los rasgos principales del TDAH de manera objetiva. 

Otra evaluación de la atención es el Test de Caras, una prueba perceptiva que se realiza de manera colectiva y está dirigida a niños a partir de los 6 años. Consiste en identificar diferencias entre elementos gráficos que representan caras esquemáticas, lo que evalúa habilidades perceptivas y de atención. 

El Test de Desórdenes de Atención e Hiperactividad, creado por James E. Gilliam, se aplica desde los 3 hasta los 23 años y se basa en los criterios diagnósticos del DSM-IV. Contiene 36 ítems agrupados en tres subtests: hiperactividad, impulsividad e inatención. 

Por último, la Escala de Magallanes de Impulsividad Computarizadas (EMIC), desarrollada por Servera y Llabrés, es eficaz para evaluar el estilo cognitivo "reflexividad-impulsividad" en niños de 6 a 11 años, proporcionando índices representativos de la capacidad de procesamiento analítico ante tareas con incertidumbre de respuesta, extrapolables al ámbito de las capacidades de aprendizaje en general. 

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Profesora pintando con sus alumnos escolares en clase
Nieves Llevat | iFP
Nieves Llevat
Dpto. Comunicación de iFP