Estudiar, trabajar... Claves de la gestión del tiempo
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Proponemos unas recomendaciones útiles para aquellos que se encuentren en proceso de estudio y además estén trabajando o en búsqueda de empleo.El tiempo es un bien escaso y, además, irremplazable e irrecuperable.
La gestión del tiempo es un tema apasionante por sus efectos a nivel no sólo laboral o en relación a nuestros estudios sino también a nivel vital. Gestionar de manera eficiente el tiempo a buen seguro puede llevarnos a un mayor bienestar personal. El tiempo es un bien escaso y, además, irremplazable e irrecuperable. Así mismo, es un concepto tan personal que, cada uno de nosotros, debe aplicar la gestión del mismo sin traicionar su manera de ser, sus circunstancias, su personalidad, su biorritmo y su contexto personal y profesional.
Recomendaciones para gestionar de manera eficiente el tiempo
Así, si te encuentras en un proceso de estudio, si además trabajas o estás en búsqueda de empleo y sientes que podrías hacer más con tu tiempo, creemos que te podrán ser de utilidad las recomendaciones que te proponemos a continuación:
- El primer aspecto para gestionar de manera eficaz el tiempo es conocer nuestros objetivos: a largo, medio y corto plazo. Debemos saber si nuestro objetivo es sacarnos, por ejemplo, el título de grado superior de formación profesional pero también cuántos temas queremos estudiar de manera semanal para conseguirlo, etc.
- Otra buena recomendación inicial es saber a qué destinas el tiempo llevando un diario durante unos cuantos días, por ejemplo una semana. Este inventario te ayudará a saber cuánto tiempo dedicas a cada tarea. Aunque existen muchas clasificaciones de tareas, una muy recomendable es la de Stephen Covey, que las repartía en función de su importancia y su urgencia. Está claro que, para una gestión del tiempo eficiente, hemos de focalizarnos en las importantes, en las que contribuyan a nuestros objetivos.
- Estúdiate a ti mismo. Si tu hora más productiva es la mañana, entonces haz a primera hora las tareas más difíciles o las que menos te gusten. Defínelo como “tus horas fundamentales”, “tu momento zen” o como te guste más, pero ha de ser el intervalo de tiempo más productivo del día. Destina a este período los temas de estudio más complejos, por ejemplo. Algunas personas tienen un ritmo circadiano más diurno (gallinas) y otras, más nocturno (lechuzas). Lo importante es que te conozcas a ti mismo y sepas cómo es tu ritmo vital. Así, podrás adaptar a cada momento el tipo de tareas más conveniente.
- Planifica las tareas a realizar cada día antes de empezar la jornada. Fijarse objetivos ayuda a la productividad. Al estudiar, es muy conveniente elaborar un planning que te sirva de guía y de estímulo.
- Déjate espacios para imprevistos y concreta los plazos de manera realista.
- Fíjate tiempos para cada tarea. Si no lo haces corres el riesgo de dilatar demasiado en el tiempo la ejecución de dicha acción. Además, si prevés que una tarea la puedes realizar en menos de 2 o 3 minutos, ¡hazla ya! Así mismo, deja de buscar de manera permanente la perfección. Es preferible que lo hagas medianamente bien y que sea eficiente a que sea perfecto y te haya destrozado tu agenda al desplazar a muchas otras actividades.
- Concéntrate en cada actividad al 100% o practica el mindfulness. Para alcanzar un estado de concentración total en el que “se fluye”, desconecta o silencia el teléfono, no mires el email, aíslate en otro despacho y evita, sobre todo, los ladrones del tiempo. Piensa que el tiempo que requiere una tarea aumenta cuando la interrumpimos y la reanudamos.
- Ante proyectos muy grandes, subdivídelos en acciones, actividades y tareas. Descomponlo y abórdalo “a trocitos”. Poco a poco irás consiguiéndolo y superando metas.
- Aprende a decir no. Practica la asertividad y no asumas compromisos que no podrás cumplir o que harán tambalearse a tu planificación.
- Descansa. Tan importante como trabajar o estudiar es relajarse y desconectar para cargar las pilas.
Algunos ladrones del tiempo
Algunos ladrones del tiempo son internos y otros son externos. Conócelos para intentar bloquearlos o neutralizarlos.
- Ladrones del tiempo internos: desorden y desorganización personales, falta de asertividad, poca motivación, exceso de perfeccionismo, personalidad con tendencia a la procrastinación (postergación de tareas) y no a la acción, personalidad muy extrovertida (exceso de contactos sociales que va en detrimento del tiempo para la reflexión individual por ejemplo) o muy introvertida (no delegar tareas, …)
- Ladrones del tiempo externos: interrupciones por visitas de compañeros, amigos o familiares, exceso de volumen de correo electrónico, uso ocioso de internet o redes sociales, reuniones improductivas, falta de puntualidad del entorno laboral o desorganización de dicho entorno, etc.
Así, conoce tus objetivos, desarrolla las actividades y acciones necesarias para alcanzarlos, planifica las tareas (hazte un cronograma), evita las distracciones, huye de los ladrones del tiempo, pon a la tecnología de tu parte y no en tu contra. Prioriza y no postergues y mejorarás tu productividad personal y profesional.
¿Cuáles son tus ladrones del tiempo cuando estudias o trabajas?