Entrevista a Luis Sánchez-Polak, guionista de cine, teatro y televisión

Una buena película, serie o programa de televisión jamás se enten­dería sin un buen guión. Pieza fundamental de cualquier proyecto au­diovisual, entrevistamos al polifacético Luis Sánchez-Polak, guionista de cine, teatro y televisión, y nominado por uno de sus numerosos trabajos a los Goya 2012, para que nos arroje luz sobre una de las facetas más multidisciplinares y con mayor proyección que existe.

¿Cuáles son las bases de un buen guionista?

Sonará a tópico, pero es una carrera vo­cacional, sin vocación no aguantas. Un buen guionista se forma leyendo mu­cho, para empezar. Conozco gente muy brillante y muy creativa en el mundo del cine y la televisión, pero a la hora de crear y desarrollar un personaje o con­tar una historia tienes que tener muy claro cómo es la estructura y la narra­tiva. Sobre todo, hay que leer, y también ver las nuevas formas de contar que existen.

Un guionista es alguien que lee, que ob­serva, que habla y, muy importante, que escucha para ver cómo hablan y cómo piensan los demás. Otra cosa impor­tante para un guionista es ser honesto consigo mismo. Si de algo no sabes, investiga, documéntate, empieza por reconocer tus carencias para conocer tus virtudes. Ser guionista es un trabajo creativo, personal y de autor.

¿Qué recomiendas a una persona que se quiera dedicar profesional­mente a escribir guiones?

Le recomiendo que no tire la toalla fá­cilmente. No hay que desistir nunca, y con vocación y pasión siempre se abre alguna puerta. También que ningún tra­bajo le quede pequeño, ya sea en una televisión local o de pueblo, seguramen­te le va a aportar mucha más experien­cia que entrar directamente en un gran canal porque es en estos sitios donde aprendes a conocer tu capacidad de aguante y saber si de verdad es a lo que te quieres de dedicar.

¿Quién compra un buen argumen­to?

Hay dos formas. Una es que te encar­guen una idea y la otra, que te la com­pren. En este último caso, hay que crear la idea y luego venderla. Normalmente te la compra una productora, no una te­levisión. También puede ser un encargo, es decir, una productora o empresa te pide un guión y te da unas claves bási­cas. En mi caso, tengo un catálogo de productos propios y también una serie de clientes que me solicitan o encargan un trabajo para ellos.

Ya no hablamos solo de guiones para proyectos exclusivamente audiovisuales, sino que empresas también necesitan un guión.

¿Las series en televisión y platafor­mas multimedia viven una época dorada?

Sin lugar a dudas. Ahora es el momento mucho más de las series que de las pe­lículas. Es un producto más exportable, te pueden crear imagen de cadena y hay todo un tema de transmedia. Generas un fenómeno de la serie a través de sus personajes y creas un debate en torno a él en las redes sociales. Eso sucede so­bretodo porque plataformas como Net­flix y HBO te ofrecen la temporada ente­ra, no tienes que estar esperando como antes toda la semana entera para poder ver el siguiente capítulo. Eso ha facilita­do que muchos productos que en princi­pio no funcionaban, a la larga, cuando se han visto por completo en formatos digitales han permitido “reenganchar­te” a una serie y que puedas estar al día de cosas que no pensabas estar.

La gran apuesta hoy en día de las ca­denas de televisión son las series. Esto implica que se necesitan muchos guio­nistas. Sobre todo, jóvenes, ya que tie­nen otro tempo y otra manera de narrar, fresca y diferente.

¿Guionista es una profesión de fu­turo?

El guión es una opción de pasado, pre­sente y futuro. A todo el mundo le en­canta engancharse a una buena histo­ria, a una buena narración.

Ya no hablamos solo de guiones para proyectos exclusivamente audiovisuales, sino que empresas como Leroy Merlin, Ikea o cualquier página web de video­juegos o eventos también necesita un guión. Hay mucha más introducción de guión de la que se ve.

¿Cuál es la situación del guionista en cine y teatro?

Es un tema complicado. En España, a diferencia de otros países, no existe la figura de representante de guionistas. Un mal guionista con buenos contactos puede llegar mucho más lejos que un buen guionista con pocos contactos. No es demasiado democrático en ese sen­tido, aunque al buen guionista, si tiene vocación, siempre le acaba llegando la oportunidad.

Para que te compren una película o una obra de teatro también es importante contar con el respaldo de una produc­tora, un buen reparto y una promoción fuerte.

¿Cuál será la evolución del sector audiovisual a corto y largo plazo?

Soy de naturaleza optimista, y creo que casi todo el mundo va a tener su pro­pia producción audiovisual en cuanto a la gestión de su negocio. Ya casi todos nos expresamos a través del lenguaje audiovisual.

Hoy en día existe una generación you­tuber y de vídeo que se expresa básica­mente a través del móvil. El audiovisual se está comiendo todo el terreno por completo.