Las claves del éxito del Comercio Internacional

El Comercio Internacional cada vez tiene más peso en una economía prácticamente globalizada. Hoy traemos 6 claves para que tus negocios internacionales sean un éxito. ¡Veamos cuales son!

El control de estos seis puntos es imprescindible para emprender el camino de la internacionalización de las empresas.

El comercio internacional cada vez está más presente en la actividad de nuestras empresas, ya que, debido a la tendencia que ha marcado especialmente la globalización, las compañías cada vez necesitan más importar materias primas, piezas y recambios de otros países, exportar sus productos al extranjero o instalar sus fábricas fuera de las fronteras nacionales. Por tanto, cada vez es más importante que los empresarios estén formados en transacciones internacionales. Las seis claves para que el comercio internacional sea un éxito son:

1. Actitud de la dirección. Lo primero es que la dirección de la empresa adopte una postura totalmente favorable a la internacionalización. De lo contrario, es imposible que la aventura salga bien.

2. Capacidad de aprendizaje. Los trabajadores se tienen que adaptar a los cambios continuos, y ello conlleva una nueva forma de hacer negocios. Hay que conocer cómo se comporta la competencia, hay que tomar decisiones rápidamente y la capacidad de adaptabilidad ante los cambios del mercado supone uno de los puntos fuertes de las empresas que se deciden a explorar en los mercados internacionales, ya que éstos cambian más y con mayor velocidad.

3. Capacidad de tolerar riesgo. El perfil de los responsables de tomar decisiones en una empresa que decida internacionalizarse tiene que ser mayoritariamente de personas que toleren la incertidumbre, ya que se van a enfrentar a grandes inversiones y, por lo tanto, a grandes sacrificios, con una incertidumbre mucho mayor que cuando se opera en el mercado nacional. Los empresarios más conservadores y que no sean propensos a asumir riesgos no cumplen con el perfil de las empresas internacionales. Por otro lado, cuanto más riesgo habitualmente se obtiene más rentabilidad en caso de que haya beneficios.

4. Habilidades en comunicación personal y disponibilidad de tiempo. Los trabajadores de este tipo de empresas tienen que estar mucho más coordinados porque se da la circunstancia en la misma compañía que el personal de marketing conoce perfectamente el mercado pero poco el proceso de producción y el departamento de producción conoce perfectamente la elaboración del producto pero no tiene ni idea de cómo se comporta el mercado. Por eso, se requiere mucha más coordinación entre los diferentes departamentos de la empresa. Es necesario que las empresas, además, sean flexibles y no tengan impedimentos en adaptarse rápidamente a los cambios.

5. Grado de control deseado. Hay que diseñar muy bien el canal de distribución. Hay productos y sectores en los que lo más recomendable es firmar alianzas con distribuidores de la zona para reducir costes, aunque ello suponga bajar en el grado de control de las operaciones. Hay que valorar si es más importante la estructura de costes o saber qué le pasa al cliente. Normalmente, hay que encontrar un equilibrio que contenga un poco de cada factor.

6. Nivel de compromiso. Hay que conseguir que todos los trabajadores se impliquen con el proyecto. Si no se hace partícipe a toda la empresa es muy probable que esta aventura no tenga el final deseado.